En el planeta Tierra destaca la rica diversidad geológica y biológica, subrayando la necesidad de valorar y conservar tanto la geodiversidad como la biodiversidad para garantizar la perpetuidad de la vida. La interacción entre rocas, clima, flora y fauna da forma al mundo en constante evolución. La iniciativa de la UNESCO para crear Geoparques y el Día Internacional de la Geodiversidad son pasos hacia la educación y el turismo sostenibles. AURORA aplica esta visión al estudiar la geodiversidad en los Andes Colombianos, impulsando el conocimiento y la concienciación ambiental a través de la geoeducación y el geoturismo.
La naturaleza del planeta que habitamos es megadiversa, los continentes, mares, volcanes y montañas que conforman los paisajes se han formado durante miles de millones de años y combinan múltiples formas, procesos y composiciones; así mismo, la vida que ha habitado sobre la superficie ha sido variada y cambiante en la historia del Planeta. Aún con tanta riqueza, a veces olvidamos apreciar la naturaleza, nos cuesta contemplarla y valorarla por la costumbre de interactuar con ella. Imagina por un momento un planeta sin diversidad, en el que no habría vida, ni plantas, ni animales, ni microorganismos. Un planeta que tendría un cielo eternamente estático y uniforme. Un suelo homogéneo, estéril, sin asperezas y una tierra que nunca cambia en su textura o color. La vista en el horizonte sería homogénea e inmutable, sin montañas elevadas, ni valles profundos. Habría una sola temperatura y el aire se sentiría estático y sin aroma alguno.
Ese no es el caso de nuestra Tierra, cuya naturaleza se compone por geo y bio-diversidad. La primera corresponde a toda la variedad de rocas, minerales, montañas, volcanes, climas y demás elementos que se han formado y evolucionado a lo largo de la historia geológica. La segunda corresponde a toda la variedad de plantas, animales y microorganismos que habitan la superficie del planeta. Las interacciones entre todos esos elementos permiten la conformación y el desarrollo de la vida.
En la historia humana reciente, hemos comprendido la importancia de toda la naturaleza (geo + bio) para mantener la prosperidad de la vida. Sin embargo, también hemos evidenciado que la sociedad impacta, altera y desequilibra los procesos (geo y bio) que sostienen la naturaleza. Por eso, desde 1972 empezamos a celebrar encuentros internacionales para reunir lideres políticos, académicos, sociales y culturales para discutir sobre causas y posibles soluciones a las problemáticas ambientales. La primera Conferencia sobre el Medio Ambiente Humano fue en Estocolmo y en ese entonces se habló sobre contaminación química, bombas atómicas y caza de ballenas (https://www.un.org/es/conferences/environment/stockholm1972). Posteriormente, en 1992 se hizo la cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro, y entre varios hitos importantes se declararon los principios de ordenación, conservación y desarrollo sostenible en los bosques de todo tipo, y se firmó el convenio sobre diversidad biológica (https://www.un.org/es/conferences/environment/rio1992).
A partir de ese momento, los científicos de las ciencias de la Tierra comenzaron a reclamar con relevancia y necesidad una declaración semejante para la geodiversidad (Kozlowski, 2004; Gray, 2004). Dado que, dar mayor importancia a la protección de la biodiversidad a la hora de enfocar esfuerzos para la conservación de la naturaleza, resulta problemático ya que la vida depende, , de las condiciones ambientales que controla la geodiversidad; de manera que no es posible proteger la vida en la naturaleza sin proteger también el medio en el que se desarrolla (Brilha et al, 2018). Por esa razón, los estudios sobre geodiversidad han ido tomando cada vez más relevancia en el mundo para complementar y enriquecer la estimación que hacemos de la naturaleza.
De hecho, la UNESCO determinó que era necesario establecer una fecha internacional para celebrar la geodiversidad, y declaró el 06 de octubre de 2021 como el primer día internacional de la geodiversidad (https://www.unesco.org/es/days/geodiversity). Con el paso del tiempo esta fecha empieza a ser reconocida por cada vez más grupos poblacionales que se interesan por el cuidado y la protección de la naturaleza. Por ejemplo, los Geoparques mundiales de la UNESCO, que son estructuras de gestión territorial de base comunitaria y enfocadas al desarrollo sostenible a través de la salvaguarda patrimonial natural y cultural de los territorios (https://www.unesco.org/es/articles/geoparques-mundiales-de-la-unesco-hacia-un-futuro-sostenible), son de los principales exponentes que celebran el día internacional de la geodiversidad.
Las nociones holísticas del territorio que permite la geodiversidad brindan elementos conceptuales y prácticos importantes que fortalecen el ordenamiento territorial, la gestión del riesgo y el desarrollo sostenible. Dado que, a partir de su entendimiento se reconoce la estructura y se favorece la comprensión sobre el funcionamiento del geosistema, lo cual es imprescindible para una administración coherente y responsable con el medio natural encargado de regular, sostener y proveer a la sociedad. Específicamente, la geodiversidad ayuda a diseñar estrategias de geoturismo y geoeducación, las cuales permiten fortalecer valores y comportamientos geoéticos con el entorno que habitamos.
En AURORA, hemos aplicado estos conocimientos para comprender la estructura y el funcionamiento de territorios específicos. Por ejemplo, nuestro equipo ha desarrollado investigaciones que han alcanzado publicaciones en revistas internacionales de alto impacto, enfocadas en conocer y cuantificar la geodiversidad de cuencas hidrográficas de los Andes Colombianos (https://www.mdpi.com/2556954). Adicionalmente, hemos creado recursos audiovisuales, gráficos y experiencias para comunicar a diversos públicos, por medio de la geoeducación y el geoturismo, los conocimientos integradores y holísticos que desarrollamos de los territorios, sembrando consciencia ambiental y geosistémica del entorno que habitamos.
Editado por:
María Camila Quiroz Silva
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